viernes, 6 de mayo de 2011

Once: Hasta aquí vamos bien...

Hoy, y en mi presencia, mi madre elogió mi manera de ejercer la paternidad. Las palabras exactas fueron: "Felipe es muy preocupado. Es un súper buen papá".La verdad,  no lo esperaba. Y no tenía idea de la opinión que ella tenía sobre mi desempeño. Esto, sumado a la natural satisfacción que produce una alabanza en nuestro ego, convirtieron este día en algo muy especial. Mucho más que otros particularmente destacados de mi bitácora.


Más que un diploma que certifica conocimiento; más que un aumento de sueldo; mejor que el premio de un bingo...Así me confortaron las palabras de mi madre, cuya experiencia en puericultura la vuelve voz autorizada para mí.

Su comentario fue una generalidad, es cierto. Pero, para el caso, es aún mas valioso: quizá haya detalles negativos, pero la sensación completa es que lo estoy haciendo "medianamiente" bien.

Pero,¿qué significa eso? Claramente, ser un buen padre, en términos conceptuales, tiene tantas lecturas como personas que pueden hacerla.

Se parece a esas ideas, con aroma a utopía, del estilo "ser feliz" o "encontrar el verdadero amor". Deseos que cada día se vuelven fuerza y motivación para emprender búsquedas que son interminables.

Cuando comencé a recorrer mi propio camino de padre, tenía claro el objetivo general, pero no dimensionaba la eterna secuencia de decisiones que, a cada minuto, iban a requerir de mi criterio.

Como padre, no hay tiempo que perder. Y cada segundo es una oportunidad para enmendar o inventar nuevos "métodos" para la crianza. Recomendaciones, consejos y libros, hay muchísimos, pero finalmente, todos estamos escribiendo un manual propio, del que recogemos muchas de las respuestas que necesitaremos al futuro.

Hacia afuera, "ser un buen padre" es solo una sensación. Probablemente, muy guiada por lo que proyectamos quienes estamos inmersos en la experiencia. Si andamos contentos, cansados...si relatamos lo que nos pasa, o nos volvemos introspectivos.

Por lo mismo, valoro el juicio de mi madre en su justa medida. No es definitivo, pero sí alentador. Me surge espontánea la curiosidad por conocer ahora el de mi familia o amigos y, más importante todavía: el de mi mujer que -en base a la limitada información con la que contaba en su momento- me escogió como copiloto para emprender el más trascendental de los viajes.

1 comentario:

  1. Mi juicio (basado en lo que leído, en lo que he detectado en cada una de tus mensajes optimistas, cariñosos, comprensivos y alentadores): ¡Felipe, sos un super papá. Yo te imagino como el protagonista de la película LA vida es bella!

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